Las 5 claves para un alumbrado público sostenible
Las ciudades del presente y del futuro deben incluir una estrategia hacia la sostenibilidad. Durante años el alumbrado público ha esta vinculado con la proliferación de la contaminación lumínica. Sin embargo, actualmente disponemos del suficiente conocimiento y de las herramientas necesarias para iluminar nuestras ciudades de modo responsable. Esto permite embellecer los espacios públicos respetando el entorno y la salud de las personas.
La iluminación pública se ha convertido en uno de los servicios estratégicos más importantes para conseguir la sostenibilidad energética. Pero para garantizar un alumbrado público sostenible hay varios aspectos que se deben tener en cuenta. Estas claves coinciden con los principios básicos del manifiesto Slowlight al que estamos adheridos. Aquí resumimos algunos de ellos:
Iluminación respetuosa con la noche
Preservar la noche debe ser una obligación en el diseño del paisaje nocturno de las ciudades. El servicio de alumbrado público es competencia de los ayuntamientos y administraciones públicas, quienes deben estar orientadas a ofrecer las condiciones de visibilidad que necesita la ciudadanía, pero manteniendo siempre unos criterios de diseño sostenible que eviten la contaminación lumínica. Es importante crear espacios nocturnos en armonía y que la noche recupere el protagonismo a través de una iluminación calmada, inteligente, sostenible y emocional. Esto supondrá un menor consumo energético, un ahorro de costes y una menor huella de carbono, creando así un entorno más confortable y más saludable para todo el mundo.
Más allá del ahorro energético
Una iluminación pública sostenible es la que se presenta en armonía con la noche, que respeta la biodiversidad y no impide la contemplación del cielo nocturno sin contaminar. Esto debe hacerse utilizando de modo eficiente los recursos energéticos. Sin embargo, otros factores como la gestión, la innovación o la calidad de los equipos instalados deben analizarse no solo desde el punto de vista energético, también tienen que tenerse en cuenta elementos sociales y medioambientales. La planificación de las redes de alumbrado tendrá en cuenta el análisis del contexto territorial, urbanístico, demográfico, social, etc.
Monitorización de la red de alumbrado público
Los territorios deben analizar, evaluar y monitorizar la red de alumbrado público a través de las herramientas de gestión necesarias y de indicadores estandarizados. Para ello deben contar con equipos y medios técnicos especializados. El reto de construir ciudades sostenibles e inteligentes es complejo y debe gestionarse de forma profesional, orientando las acciones hacia el concepto de SmartCity.
Planificación de la iluminación urbana como generadora de experiencias
La red de alumbrado público está directamente relacionada con el desarrollo de la ciudad. Esto nos permite garantizar aspectos funcionales como la seguridad y el bienestar de la población. Pero también es posible comunicar emociones con la luz. Comunicarse a través de las diferentes temperaturas de color y de las sombras, iluminar en los intervalos temporales realmente necesarios… Un criterio luminotécnico, respetuoso con la noche y el entorno, permitirá generar experiencias con la luz en las zonas adecuadas. Esto nos dejará contemplar el paisaje y entender la importancia de cuidar el cielo nocturno.
Fomentar una cultura de iluminación calmada y sostenible
Desde las administraciones públicas se debe promover la implantación de ordenanzas de iluminación exterior orientadas hacia la sostenibilidad. De esta forma se deben promover estrategias que garanticen la aplicación de buenos y malos usos, tanto en organizaciones públicas como privadas. También es necesario diseñar actividades de educación ambiental para la concienciación.
Para cumplir con estas claves, además de estar adheridos a la iniciativa Slowlight, en Edigal contamos con productos de alumbrado público sostenible. Productos diseñados para que puedan ser gestionados de forma eficiente por parte del sector público. Todos podemos contribuir al uso racional y equilibrado de la luz, y que sirva así para cuidar la salud de las ciudades y las personas.